viernes, 4 de septiembre de 2009

Detienen licencia para construir lateral

Revisar el proyecto, volverlo a revisar, modificar los planos, volverlo a revisar, revisar el convenio de concesión de la carretera Puerto Vallarta-Tepic, volver a revisar el proyecto, esperar a que Oromapas ponga tubería, esperar, esperar y sobre todo esperar. Un establecimiento comercial a la orilla de la carretera Puerto Vallarta-Tepic no recibe autorización para construir la infraestructura que corresponde al municipio: una ampliación a la lateral que permita, de paso, el ingreso sin riesgos a su negocio. Todo por una absurda burocracia en la Dirección de Desarrollo Urbano.
La historia comienza hacia febrero pasado, cuando un grupo comercial de Guadalajara se decidió a abrir una sucursal de su distribuidora de azulejos, recubrimientos y accesorios para baños y cocinas.
Con una inmensa bodega y un piso de venta de más de 400 metros cuadrados, la empresa estaba lista para abrir las instalaciones de ubicadas en Bucerías, pues el único pendiente para poder brindar el servicio era facilitar el acceso desde la carretera.
Se comprometieron ellos, ante la Dirección de Desarrollo Urbano a realizar la obra, que requería de acuerdo con el Plan de Desarrollo Urbano construir una parte de la lateral que debe extenderse a lo largo de la carretera por lo menos frente a su fachada; para hacerlo sólo requerían la licencia, que tardaba en llegar.
No esperaron mucho antes de decidir abrir incluso sin esa infraestructura y corrieron con las invitaciones, por protocolo y cortesía enviaron una al presidente municipal, Héctor Paniagua Salazar sin esperar su asistencia.
“Recibimos con mucho agrado y sorpresa la noticia de que sí acudiría, porque eso no es una constante. Nos dio mucho gusto que además accediera a cortar el listón; era algo que no esperábamos. Imaginen cuánto gusto nos dio después que, en su discurso, dijera que él ponía la mitad de lo que costara la obra de la lateral. Era él quien lo ofrecía”, relata el gerente de la tienda, Víctor Manuel Andrade Torres.
El funcionario no miente, los hechos están publicados por los diarios que cuentan con acuerdos comerciales con el municipio de Bahía de Banderas. Un boletín emitido por Comunicación Social el 3 de marzo pasado lo refiere: “Durante su discurso, el alcalde Héctor Miguel Paniagua manifestó su apoyo y congratulación ante la llegada de El Surtior de Occidente, una de las tiendas más importantes de esta zona del país, manifestando que les serán otorgadas las facilidades necesarias para su adecuado funcionamiento”.
José Gómez, el propietario, su gerente y el ingeniero a cargo de la construcción se sentían consentidos con el ofrecimiento, no sólo había la promesa de acelerar el trámite del permiso sino el de compartir parte del gasto. Seis meses después, en el Ayuntamiento no han liberado la licencia.
“Es un exceso el tiempo que se han tomado para este trámite. Lo han invertido en constantes revisiones, ya hemos modificado el proyecto en tres ocasiones, siempre hacemos lo que nos piden porque no nos importan ni lo económico ni lo técnico. Justo ahora nos dicen que están revisando las condiciones del convenio con la SCT que tienen para la concesión de la carretera y el permiso no sale”, relata Anuar Bitar, el encargado de la obra.
El gerente añade que hace unas semanas el problema era que no querían autorizar el comienzo de los trabajos pues se buscaba que Oromapas dejara lista la tubería que va a pasar por debajo de la vialidad, para después no tener que romper el concreto hidraúlico y meterla.
“Nos decían que no tenían dinero para esa tubería, pero que no querían tener después que romper. Ya tenemos el compromiso de Oromapas de que esa obra comienza el próximo martes, es una obra que no llevara más de una semana pues son acaso 20 metros de tubería”, explica Bitar.
Pero el permiso de cualquier forma no se destraba. Eso, por supuesto, ha detenido la negociación para que el comercio pague sólo pague el 50 por ciento del costo de la infraestructura.
“No hemos llegado a esa parte de la coordinación, porque no tiene caso ir a pedirle al alcalde que se acuerde de ese compromiso cuando no tenemos la licencia. Es más, no nos preocupa si no hace valer su palabra, nosotros hacemos las obras si hace falta, porque sencillamente las ventas están bajas porque la gente no puede entrar a comprarnos”, dice Andrade Torres.

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