viernes, 11 de septiembre de 2009

Provoca malestar apertura de nuevos grupos

A Miguel esta mañana lo sacaron de su salón, le dijeron que tenía nueva maestra y lo acomodaron, junto con otros 35 pequeños en un mesabanco nuevecito, sí, reluciente, sí, pero debajo de un toldo desvencijado y mal colocado en el patio de la escuela. No pasaron ni diez minutos cuando una gruesa gota de sudor comenzó a escurrir por su mejilla. “¡Maestra! Aquí hace mucho calor”, protestó. La clase continuó.
A unos metros del aula improvisada un grupo de padres reclamaba airadamente. Hasta ahí, la Escuela Primaria de la colonia Santa Fe, en San José del Valle, había llegado el supervisor de la zona Número 30, Ramón Delgado, para dar explicaciones a los adultos.
Este ciclo escolar se abrirán, cueste lo que cueste, las escuelas de las colonias Jardines del Sol, frente a Santa Fe, y Palma Real, en San Vicente. Los niños de esas colonias y de las zonas cercanas serán transferidos a esas instalaciones y, por lo pronto, desde ya comenzarán a trabajar con los maestros que también serán transferidos allá.
Así, los cupos para los nuevos pequeños que llegan a Santa Fe o al centro de San Vicente, quedaron garantizados, lo mismo que para los de las nuevas colonias. Sólo que los segundos, como no tienen aulas, por lo pronto lo harán en áreas abiertas. Es la decisión, inapelable parece.
“Pues sí aquí ni los directores, ni el supervisor de zona, ni la URSE (Unidad Regional de Servicios Educativos) nos hacen caso, iremos con sus superiores, al Congreso del Estado y al Congreso de la Unión. No podemos permitir que se nos trasgredan los derechos humanos”, dice una de las madres ofendidas. Luego es interrumpida, su hijo le jala la blusa.
Las dos partes están conscientes del problema, ambos señalan la misma causa: falta infraestructura. Ramón Delgado sabe que tiene una bomba molotov en las manos y que el sistema educativo en su zona puede colapsar facilmente. Hace malabarismos.
“Mi zona es la más grande del estado tiene seis mil 700 alumnos, y la población sigue creciendo, por supuesto que no tenemos aulas suficientes y las autoridades no obligan a los desarrolladores a que las construyan. Ese es el problema: nosotros ponemos lo que tenemos, maestros y mobiliario, pero ni el municipio ni el estado ponen las aulas. Sabemos que no está bien que trabajen así, pero es que no podemos tener grupos de 47 o 50 alumnos, eso es peor”, explica Ramón Delgado.
La zona Número 30, que contempla las localidades de San Vicente, El Porvenir, San José del Valle, Santa Rosa Tapachula y Valle de Banderas, solamente, requiere tan sólo para cubrir la demanda escolar actual 18 aulas. Seis de estas pretenden que se les entreguen en los próximos días toda vez que tres de las que entregaría el desarrollador de Jardines del Sol ya están en obra negra y tres más en Palma Real sólo necesitan una entrada segura para los pequeños.
Son 250 los alumnos que requieren aula de inmediato en esta zona. 150 ya reciben las clases en los salones alternos, los que no tienen paredes, pero otros 100 todavía esperan respuesta. Ramón Delgado pide la comprensión y la ayuda de los padres. “Sí, tenemos que presionar, pero no podemos dejar a los niños sin clases.
Ramón Delgado escucha la propuesta emitida hace dos días por el presidente municipal, Héctor Paniagua Salazar, en la que señala que hay que aprovechar mejor la infraestructura que se tiene abriendo turnos vespertinos. Esboza una sonrisa.
“Eso dice él, porque no quiere construir más escuelas, pero hacen falta, insisto, 18 nada más en esta zona. Las que tengo, las tengo saturadas incluso en el turno vespertino. Hay clases en la tarde, en las dos escuelas de San Vicente, en las dos de San José del Valle, aquí en Santa Fe, en El Porvenir. Nada más en una de Valle y en Santa Rosa Tapachula no, pero porque ahí no hay demanda. ¿Qué hago? ¿Cierro una escuela en Valle para abrir un turno vespertino? Ni pensar en que los pequeños de San Vicente vayan hasta Valle a la escuela y en la tarde”, concluye.

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