lunes, 7 de septiembre de 2009

Rematan casa de acosados

Le dio miedo y no poco. Esther Tejeda de Mancini hizo caso de las amenazas de muerte y regresó a California luego de que el pasado jueves 27 de agosto fuera arrestada por una acusación de autorrobo. No es lo más escalofriante, porque aunque ella se siente fuera de peligro, su esposo, Philip Mancini vive encerrado en su casona construida hace más de treinta años, sin asomar la nariz a la calle, bajo riesgo de perderla para siempre.
Los Mancini poco a poco se van dando cuenta del tamaño del problema generado por no aceptar que Fernando Brambila les construyera una alberca sin siquiera tener conocimiento previo para hacerlo. Los documentos que muestran, para probar que la Junta Especial de Conciliación y Arbitraje con sede en Bucerías les ha pedido dejar ya su casa (Tribuna de la Bahía, 3 de septiembre de 2009).
El acta, que no muestra un número de identificación pero sí refiere el expediente del juicio laboral por incumplimiento de contrato (82/2004), señala además que la casa ya tiene nueva dueña. Se habría enajenado producto de una subasta a Beatriz Adriana Rosell Calvilla, quien por conducto de su representante legal, María del Carmen Guillén Hernández, habría depositado un total de 818 mil 831 pesos con 20 centavos en una cuenta de la Junta de Conciliación y arbitraje.
“Entonces me dicen los abogados que no podemos dejar la casa sola ni un segundo, porque en el momento en que quede abandonada la nueva dueña puede tomar posesión. Como Esther se regresó a Estados Unidos porque tenemos mucho miedo de que la vuelvan a apresar, o que le cumplan la amenaza de muerte, estoy yo sólo aquí todo el día, encerrado. Porque si me salgo pierdo el patrimonio de una vida de trabajo”, dice Mancini.
El documento le pide también que, además de desocupar la propiedad en un término de once días hábiles, que habría vencido el pasado 18 de agosto, entreguen todos los documentos referentes a la propiedad de 530 metros cuadrados en la Notaría Número Dos de Bucerías para poder proceder a hacer la nueva escritura y anotar el cambio de propietario ante el Registro Público de la Propiedad.
Así, sin más. Los Mancini perderían una casa que en algún momento estuvo valuada en un millón de dólares, que hoy probablemente rondaría los cuatro millones de pesos, por un juicio en el que se pedía la indemnización por el incumplimiento de un contrato de construcción por 50 mil pesos y que, ahora, según las autoridades laborales se juzgó a favor de Brambila estableciendo una indemnización de 188 mil 443 pesos.
“Nunca nos hicieron notificaciones por escrito sobre el avance del juicio, ni llamaron a mi esposa a audiencia alguna. Incluso tuvimos un abogado, Pedro Ramírez que nos dijo directamente que el juicio ya había terminado en nuestro favor. Ahora nos enteramos no sólo que lo perdimos, sino que sin anunciarnos que debíamos pagar vendieron nuestra casa a un precio ridículo, le pagaron de ahí a Brambila casi cuatro veces el valor del contrato del que ya habíamos pagado 35 mil pesos y nos piden, ahora sí por escrito, que dejemos la casa y pasemos por 630 mil 388 pesos que nos quedan a nosotros de la venta. Es inadmisible”, recalca Mancini.
El ciudadano estadounidense asegura además que un día después de la notificación su abogado recurrió al amparo, pero al juzgado de lo civil rechazó la solicitud en apenas un fin de semana, sin revisar el caso. La respuesta llamó la atención de sus asesores legales, porque en el país los juicios de amparo suelen ser dilatados.

Reciben llamada del consulado


El abogado que representa en Estados Unidos los intereses de los Mancini, Héctor Cavazos, señala que luego de la publicación de la historia en Tribuna de la Bahía, recibió finalmente una llamada de la cónsul de Estados Unidos para Puerto Vallarta y la Riviera Nayarit, Kelly Trainor, quien solicitó a los Mancini acudir a su oficina para poder hacer una cita en el consulado de Guadalajara, asegurando que no tenía facultades para intervenir a favor de sus conciudadanos. “El problema es que Esther ya regresó por el temor que tiene de volver a ser arrestada, mientras que Felipe (Philip) no puede abandonar la casa para ir a visitarla pues corre el riesgo de que sea ocupada por quienes la compraron en la subasta”, explica Cavazos.

Ojo de hormiga


Las comandancia de policía, tanto municipal como estatal, ubicadas en Guayabitos aseguran desconocer del arresto de Esther Tejeda de Mancini el pasado 27 de agosto. De acuerdo con los comandantes en turno, que no se identificaron por salir en un servicio al momento de la visita de Tribuna de la Bahía, dijeron desconocer incluso a los afectados. En la comandancia de la Policía Municipal del poblado de La Peñita de Jaltemba no se localizó personal. Philip Mancini, sin embargo, exhibe la orden de liberación de su esposa con fecha del 31 de agosto para probar su reclusión.
“Al momento en que nos detuvieron, por el supuesto robo de nuestro auto, llegaron seis patrullas y los policías nos apuntaban con armas largas. Cuando les pregunté qué pasaba, me dijeron que ellos no sabían si nosotros éramos peligrosos. ¡Por favor! Somos un par de viejitos, mi esposa tiene 67 años, yo tengo 64”, relata Mancini.

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